REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La historia de Harambe, el gorila que fue sacrificado para salvar la vida de un niño en el zoológico de Cincinnati, ha dividido opiniones en la web: ¿era necesario dispararle al animal? Hoy, luego de unos días en silencio para recuperarse de la tristeza, Amanda O’Donoughue, experta en esta especie, ha salido a las redes sociales, en donde explicó la actitud del primate.
“Los gorilas son considerados ‘gigantes amables’, por lo menos comparados con sus primos más agresivos, los chimpancés. Pero un macho de 181 kilos es tan fuerte como diez humanos”, escribió la chica en Facebook. “Un gorila macho espalda plateada tiene un solo trabajo, proteger a su grupo. Lo hace bufando e intimidando a todo lo que parezca una amenaza”.
En su testimonio, acompañado por una foto de ella alimentando al simio, Amanda explica que ha visto varias veces el video del momento y sabe exactamente lo que Harambe estaba haciendo con el pequeño de 4 años que cayó a su fosa. “Con su postura y los labios apretados, es básicamente la pesadilla de cualquier cuidador y he tenido MUCHAS al trabajar con ellos”.
Ahí, desmiente la versión que ha circulado por la red en la que se asegura que el gorila sólo estaba protegiendo al infante: “No es verdad. Harambe toma los brazos del niño, pero sólo para acomodarlo. Los machos hacen complicadas maniobras cuando están agitados, golpeando y arrastrando cosas. Generalmente, arrastran troncos, barriles o cosas pesadas para hacer todo el ruido posible”.
Según la experta, el primate reaccionó ante los gritos de la gente que presenciaba asustada el momento, lo que lo llevó a usar al pequeño como método de intimidación. En su carta, también defiende la decisión de no haberlo sedado, ya que el dormirlo hubiera tomado mucho tiempo, el suficiente para que lastimara al niño.
Fuente: Noticias SIN
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