No mientas. Tu también te has fijado en los penes de las estatuas de los museos.
Puede que no parezcan un elemento particularmente interesante, pero requieren la misma dedicación que, pongamos, una nariz. El artista decidió hacerlos de una determinada manera y, por lo tanto, tienen una determinada interpretación.
En el caso de las estatuas del Arte Griego clásico esta “determinada manera” de representar los penes salta a la vista: muy pequeños.
¿El motivo? Ese era el ideal de belleza en la época. Eso es. Mientras que ahora se supone que las mujeres fantasean con falos monumentales, por entonces lo que se valoraba eran los penes pequeños.
“ Los griegos asociaban los penes pequeños y flácidos con la moderación, que era una de las virtudes clave que conformaban si visión del ideal de masculinidad”, dice Andrew Lear, profesor de Harvard, Columbia y NYU, a Quartz.
“Existe el contraste entre los penes pequeños, no erectos, de los hombres ideales (héroes, dioses, atletas desnudos, etc.) y los penes desmesurados y erectos de los Sátiros (seres mitológicos medio hombre medio cabras, borrachos y extremadamente lujuriosos) y otros hombres no ideales. Los hombres mayores y decrépitos, por ejemplo, a menudo tienen penes grandes”, añade.
En la Antigua Grecia, el ideal de belleza masculino pasaba por los penes pequeños
Según Lear, estas mismas ideas ya se encontraban en la literatura de la Antigua Grecia. Por ejemplo, en Las nubes de Aristófanes, los penes grandes se citan, junto a una “complexión pálida”, un “pecho estrecho” y una “gran lascivia”, como una de las características de las juventudes deshonrosas de Atenas.
Pero, entonces, ¿cómo se ha llegado al “ideal” actual, en el que se valora un tamaño mayor?
Para Lear, el énfasis de la modernidad en tener un pene grande podría deberse al aumento de la pornografía, o una ideológico que nos empuja a someter a los hombres a la misma culpabilidad por sus cuerpos a la que típicamente se enfrentan las mujeres.
Aún así, Lear añade que, tanto en una sociedad como otra, las ideas sobre penes tienen pocos fundamentos. Y es que, del mismo modo que no existen evidencias de que un pene grande implique mayor satisfacción sexual, tampoco existen pruebas de un pene pequeño sea un signo de moderación y racionalidad.
Así que, tanto cuando vayas al museo como cuando te mires al espejo, no le des demasiadas vueltas.
[Vía Quartz]
Fuente: PlayGround
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